Sílvia, mamá de Alex

Ojalá hubiera oído hablar de las doulas cuando me quedé embarazada de mi primer hijo.

En este segundo embarazo, casi al final del mismo fue cuando conocí a mi doula, Vanessa.
Me ayudó a elaborar mi plan de parto, dándome algunas ideas sobre como enfocar los diferentes puntos que yo quería dejar por escrito, así como ayudarme a la corrección del mismo. Me fue de mucha utilidad puesto que yo había bajado de internet un modelo de plan de parto elaborado por otra madre y no se ajustaba exactamente a todo lo que yo quería que fuera mi vivencia. Vanessa también me ayudó a aclarar algunos puntos.

Cuando nació mi hijo, me ayudó con el tema de la lactancia, ya habían pasado un par de días y él se había enganchado mal al pecho y me hacía mucho daño, además de tener grietas. Vino a verme a la clínica en un par de ocasiones. Ella me explicó como colocar al bebé y como “enseñarle” a abrir la boca, dándome bastantes y muy útiles consejos. Seguramente de no haberme aportado tanta confianza en que lo que estaba haciendo era lo correcto, habría dejado la lactancia materna puesto que lo estaba pasando bastante mal. Ella me aportó además su experiencia personal y me hizo confiar en que la situación era temporal y que era lo mejor para el bebé, como así ha sido, puesto que va creciendo entre 300 y 400 gr semanales (algo hemos hecho bien!!).

Al ser mi segundo embarazo no precisaba la ayuda de Vanessa para todo el proceso, sino únicamente como una ayuda en algunos momentos tanto en el embarazo como en el posparto, por lo que mi experiencia con doulas es bastante limitada, pero la verdad, muy grata.